El Sábado 25 en Cultura Inquieta era de las jornadas más esperadas por el público, ya que actuaban tres bandas de corte blusero, rockero y funky, resumiendo bailables y cargados de vitaminas de alegría.
Los primeros en amenizar nuestro suculento viaje fueron los gallegos The Soul Jacket, Rythm and Blues y Rock and Roll directo a la cintura y al pecho, guitarras electrizantes, un baterista que dejo boquiabierto a más de uno, aderezado por una voz increíble que con los toques de armónica y pandereta nos deslizaron por los ritmos sureños de la marica más indómita. The Soul Jacket repasaron su discografía con varios temas de su álbum debut |Wood Mama, lo que fue una autentica declaración de intenciones y su último trabajo en 2014 Black Cotton Limited. Solo una pega a este concierto y fue que la organización corto a la banda en medio del último tema, cierto es que se pasaban de tiempo, aun así, una pena, ya que la gente quería más y eso deja siempre mal sabor de boca. The Soul Jacket, increíbles.
Los Mambo Jambo, guitarra, saxofón, contrabajo, batería y percusión, un combo en toda regla, que nos pintó un paisaje de los años 50 de los más elegante. Grupo de corte instrumental y con ritmos de rock, blues y surf. Los barceloneses fueron autentico fuego en el escenario repasando todos los temas de su opera prima de nombre homónimo. Los más desconocidos del cartel para el público fueron la sorpresa más agradable, ya que al finalizar el concierto todos hablaban de ellos. Un concierto limpio con un sonido fetén y un saber hacer en el escenario que hizo que todo Cultura Inquieta bailara, sonriera y disfrutara de una autentica orgía de música y gusto.
El a priori plato fuerte la noche, Freedonia. Una auténtica revolución en el escenario cuando salieron todos los músicos, 11 jabatos entre vientos, guitarras, percusión y voces que empezaron con un tema instrumental, para luego dar paso al vendaval vocal y de bailes eléctricos la enorme Mayka Sitte. Un torrente en el escenario que hizo las delicias de todos y cada uno de los que allí nos encontrábamos. La música negra, el soul, el funk y el rock and roll arrollaban nuestro sentidos, mientras Freedonia daba una clase maestra sobre las tablas. Los temas llegaban uno a uno sin respiro, un buen repaso a su discografía a su primer trabajo también llamado Freedonia y a su segundo trabajo y salido recientemente Dignity and Freedom. Un fin de fiesta setentero que hizo que todo Cultura Inquieta se siento halagado de asistir a tan magno evento.
En resumen la jornada del sábado 25, ha sido un acierto por parte del festival ya que fue una de las que más público concentro, mas bailes se vieron y se respiró buen rollo desde el minuto uno. Gracias a la cultura por estar en movimiento, por no anquilosarse, por continuar abriendo horizontes y descubriendo colores. La música es vida y la vida necesita estar musicada.
Cables Nefelibata
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