PROPUESTA DE MIGUEL
HERNANDO
TRILLO LICHIS
Quiero tocar en los
programas de televisión por la madrugada. Condiciones:
Toco mis canciones,
exclusivamente, las mejores.
Al ser mi propia
editorial ( tal vez estuviera con alguna pero no es el caso) no he de ceder mis
derechos a nadie.
No firmo renuncia
alguna a mis derechos (es ilegal)
Toco gratis (lo pongo fácil) eso sí, y me encargo yo de pagar
a mis músicos y resto de mi equipo.
Contactar por privado.
Gracias.
Gracias.
DESPUÉS DE LAS BRUJAS DEL TAROT
VIENE, LA MÚSICA EN LAS TELEVISONES GENERALISTAS EN LA MADRUGADA
¿EL NEGOCIO DE LA SGAE Y LAS TELEVISIONES?
VIENE, LA MÚSICA EN LAS TELEVISONES GENERALISTAS EN LA MADRUGADA
¿EL NEGOCIO DE LA SGAE Y LAS TELEVISIONES?
A estas alturas son ya las 5 de la mañana. Quedarán pocos del millón de personas que estaban viendo la tele a eso de las 2; muchos se habrán dormido frente al televisor. Como transición hasta las noticias, esa franja en la que la maquinaría televisiva empieza a funcionar realmente, los canales parecen haber llegado a un consenso: poner música.
Una actuación musical de Puro Cuatro. Foto: CUATRO
Una actuación musical de Puro Cuatro.
Foto: CUATRO
Así, Antena 3 emite Minutos musicales y Únicos (música en directo interpretada por artistas de primer nivel); Telecinco, Fusión sonora; Cuatro, Puro Cuatro (con las últimas tendencias del pop, el rock, el hip hop y la electrónica, y su concurso de talentos); y La Sexta, La Sexta en concierto.
Ponen vídeos y actuaciones y al hacerlo se suman a lo que TVE lleva haciendo durante toda la noche. Porque la oferta de La 1 para noctámbulos caseros es un continuo musical que lleva por nombre TVE es música (queda claro que los nombres de los programas de madrugada no venden gato por liebre).
Y así, entre canción y canción, el sol asoma en el horizonte y se hace el día y las televisiones con los primeros informativos se ponen a trabajar.
EFE
AA
Madrid, 27 feb (EFE).- Tras las elecciones celebradas ayer, la Sociedad General de Autores y Editores cuenta ya con una nueva junta directiva en la que están representadas las diferentes candidaturas presentadas, cuyos 39 miembros deberán elegir al nuevo presidente de la entidad antes del próximo 15 de marzo.
Según ha informado hoy la SGAE, por el Colegio de Gran Derecho, que incluye escritores de obras dramáticas, autores y coreógrafos, han sido elegidos Pedro Tantiñá Almela, (La Fura de Baus), Juli Disla Sanz, Paloma Pedrero, Ana Álvarez-Diosdado Gisbert, (Ana Diosdado), Joan Vives i Sanfeliu y Eva María Garrido García, (Eva Yerbabuena).
En el Colegio de Pequeño Derecho (16 miembros), que agrupa a compositores y letristas, ocupan un puesto Jorge Pardo Cordero, Augusto J.Algueró García, José Miguel Fernández Sastrón, Juan José Carmona Amaya, (Camborio), Javier Losada Calvo, Fernando Illan Presa, Gabriel Sarlo, I. Maño G. (Nacho Mañó-Presuntos Implicados)
9. Jesús Glück Sarasibar, Joan Albert Amargós, José Soto Soto (José Mercé), Mónica Fernández de Valderrama (Materia Prima), Antonio Ipiña García J. (Tontxu), María Monsonís Díaz, Fernando De Diego Abad y Manolo De Tena (Sangre Española).
En el Colegio de Obras Audiovisuales, que agrupa a directores-realizadores, argumentistas y compositores audiovisuales, los nuevos integrantes de la Junta Directiva elegidos por los socios son: Fernando Colomo Gómez, Inés París Bouza, Miguel Hermoso Torres, Julia Altares Medina, José Luis Acosta, Enric Gomà Ribas, Carlos Asorey Brey, Eduardo H.Zaramella Romero y Antonio Meliveo Mena.
En cuanto al Colegio de Editores (8 miembros), la representación ha recaído en Boa Música Editorial (Alma Martínez Ortega); Alabama Music Business (Williams López Clifton); Ediciones Joaquín Rodrigo (Cecilia León Rodrigo); Ediciones Musicales Warner Bros (Álvaro de Torres Zabala); EMI Songs ESPAÑA (Juan Ignacio Alonso Puig); Manuel Alejandro Producciones (Rafael Artero Montalván); Peermusic Española, (Rafael Aguilar Grabowski)y BMG Rights Administration Spain (Daniela Bosé). EFE
Solo el 12% de los socios participan en las elecciones de la SGAE
AGENCIAS | MADRID
Sólo el 11,85% de los socios de la Sociedad General de Autores y Editores ( SGAE ) ha ejercido su derecho al voto en las elecciones a la Junta directiva celebradas hoy, según datos facilitados por la entidad. Desde las 10:00 hasta las 20:00 horas han participado 2.582 miembros de los 21.778 que tienen derecho a voto en la entidad de gestión.
Este dato es la suma de los 859 socios que han votado presencialmente en Madrid, Barcelona, Bilbao, Santiago de Compostela, Sevilla y Valencia y los 1.723 socios que lo han hecho por correo.
El número de votantes en esta cita electoral es inferior a la cifra de las elecciones anteriores, en 2012, cuando acudieron a votar 3.884 socios. Tras el cierre de las urnas ha comenzado el escrutinio manual de los votos de tal forma que hasta mañana no se conocerán los nombres de los 39 socios que conformarán la nueva junta directiva.
Una vez proclamados, serán los miembros de la junta los que elijan al presidente de la SGAE antes del 15 de marzo.
ESTABA RECORDANDO CUANDO DECLARÓ RAMONCÍN:
Ramoncín: “Voy a ir personalmente contra la SGAE a los tribunales”
“Que a nadie se le ocurra apuntarme con el dedo por todo lo que está pasando con la SGAE, tomaré medidas legales contra el primero que lo haga”, advierte Ramoncín (55 años), músico y antiguo miembro de la Junta Directiva de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), nada más comenzar la conversación con ROLLINGSTONE.es. “Y te digo una cosa: si el juez concluye que los delitos de desviación de fondos y apropiación indebida por los que se acusa a varios directivos de la entidad son ciertos, al fin se demostrará quiénes son los malos de verdad”, aclara el músico madrileño.
También explica su decisión de llevar personalmente a la SGAE a los tribunales. “Cuando me fui de allí en el año 2007 afirmé que si alguien, en los 18 años en los que estuve trabajando, había metido la mano en el cajón, yo mismo denunciaría la situación ante un juez. Lo dije así y lo recuerdo perfectamente. Por lo tanto, si finalmente se demuestra que todas las acusaciones son ciertas, seré consecuente con mis palabras”, avisa el músico muy disgustado. Ramoncín no sale de su asombro y no para de preguntarse cómo es posible que haya pasado esto todo esto “en la casa que defiende a los autores”.
Además de sorpresa también siente decepción, ya que conoce bien a los nueve detenidos en la operación policial, y lo que es más grave: es amigo personal del principal imputado, José Luis Rodríguez Neri, ex alto directivo de la SGAE y director de la Sociedad Digital de Autores (SDAE). “No me puedo creer que Neri, mi amigo, esté involucrado en este asunto tan grave, imagínate cómo me siento”, continúa el artista.
De momento, entre los imputados en la Operación Saga [denominada así por la Fiscalía Anticorrupción] no hay ningún autor. “Que pregunten a Jorge Drexler, Cristina Hoyos, Mikel Erentxun, Soledad Jiménez o Teo Cardalda, entre otros, que eran miembros de la Junta Directiva cuando comenzaron presuntamente a gestarse estos delitos”, apunta Ramoncín. ¿Es posible que nadie en la SGAE supiera lo que estaba ocurriendo? “Estoy convencido de que los imputados, si todo esto es cierto, actuaron de espaldas a la Junta y a todos los socios. Sería imposible de otra forma”, concluye el músico madrileño.
Pequeño derecho de "salvemos sgae" ha barrido en las elecciones . Enhorabuena a todos!!! A pelear y enhorabuena a María en especial. Os deseo lo mejor, sois un grupo extraordinario!!!
Recordar es no olvidar
http://www.eldiario.es/cultura/preparan-denuncia-autores-Mozart-Vivaldi_0_241826345.html
Los programas nocturnos de música se han convertido en un gran negocio que mueve alrededor de 50 millones de euros anuales, una quinta parte de toda la facturación nacional de la SGAE
Algunos de los autores y productores de estos programas están cobrando de la SGAE por obras clásicas de Vivaldi, Beethoven o Mozart que ya están en el dominio público y que, según los denunciantes, han registrado de forma fraudulenta
Las televisiones utilizan estos programas para recuperar el 30% de lo que pagan a la SGAE. Cobran así unos 30 millones de euros anuales, que rebajan de los cien millones que pagan por derechos de autor
En la lista de los músicos que más dinero han cobrado el año pasado de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) no aparece un solo nombre que un melómano sea capaz de identificar. Hay que llegar al puesto veintitantos para encontrar a un artista conocido: Pablo Alborán. Todos los que están por encima de él pueden pasear con tranquilidad por la Gran Vía de Madrid sin que nadie les pida un solo autógrafo. Son los músicos que trabajan con la llamada "rueda de las televisiones", un negocio que factura millones de euros en derechos de autor en programas de televisión que casi nadie ve.
Con el negocio discográfico en mínimos históricos y el canon casi desaparecido por orden judicial, las teles se han convertido en la mayor fuente de ingresos de la SGAE: 103 millones, según los datos de su memoria anual de 2012; es casi la mitad de su facturación total en España (234 millones). Por comparar, los derechos de autor por venta de discos de todo el año fueron solo 10 millones.
Coalición Autoral, una asociación de autores recién creada que agrupa a más de 300 socios de la SGAE que quieren combatir esta situación, prepara una denuncia que está redactando el exministro de Justicia José María Michavila, hoy representante legal de artistas como Shakira o Alejandro Sanz. Los denunciantes dicen ser víctimas de una estafa millonaria que beneficia a las televisiones y a varios productores a costa de los verdaderos compositores.
Música desconocida pero muy rentable
La mayor parte del dinero que pagan las televisiones por los derechos de autor no acaba en manos de los compositores más populares, los autores de las canciones que aparecen en los horarios de máxima audiencia o en programas como La Voz o Mira quién baila. Casi la mitad de esos 103 millones se lo llevan programas musicales que se emiten a altas horas de la madrugada. Según datos internos de la SGAE, esos programas solo suman el 0,5% de la audiencia de televisión, pero se llevan el 47,41% del pastel: unos 50 millones de euros anuales. Son espacios como TVE es música (que se emite en La 1 y en La 2), Únicos (Antena 3), Fusión Sonora (Telecinco) o Minutos musicales (La Sexta). Estos programas duran varias horas y se pueden ver todas las noches, entre las 2 de la madrugada y las 7 de la mañana. Es la franja con menos audiencia del día, ese horario en el que antes había concursos con líneas 906 o programas de tarot.
¿Qué música sale en estos programas para noctámbulos? Desde luego, no tiene mucho que ver con lo que triunfa en las listas de ventas, o con el tipo de canciones que programaría una cadena de televisión en un horario donde aspirase a conseguir algún espectador. Se trata de música clásica, normalmente interpretada por jóvenes estudiantes de conservatorio, o de composiciones inéditas de pop o flamenco de artistas desconocidos que solo se pueden ver en la extraña programación de la madrugada.
"¿Cómo se puede entender que, mientras las emisiones diurnas han desterrado los programas musicales, las madrugadas televisivas estén repletas de música inédita y que no podemos detectar en otros medios de difusión?", se preguntaba el expresidente de la SGAE Antón Reixa en una famosa carta enviada a los autores hace un año. "Es una música que nace muerta y acaba normalmente en esa casi clandestina explotación", decía Reixa en esa misma carta, donde también detallaba algunas cifras que conducían a una evidente conclusión. La tan abundante como minoritaria programación musical de la madrugada solo se explica porque es un gran negocio: para los desconocidos compositores y sus editores, pero también para los canales de televisión.
Más rentables que los programas del tarot
A pesar de que durante la madrugada no hay apenas espectadores, cada minuto de estos programas musicales para noctámbulos genera en derechos unos 200 euros, que paga la SGAE al autor y al editor de la obra. ¿El truco? Que las televisiones también reciben parte de ese dinero. Son ellas las que deciden qué música se emite, y eligen a productoras con las que se reparten los derechos, firmando contratos de edición. Por eso es tan raro ver a un artista conocido a esas horas, porque no suele ser habitual que los compositores más famosos cedan parte de sus derechos a las cadenas de televisión.
Los minutos musicales para insomnes sirven así para que las teles rebajen la factura que pagan por la música que emiten. Todas las emisoras, las públicas y las privadas, tienen contratos con la SGAE, normalmente a modo de tarifa plana. Da igual cuánta música emitan, la factura anual está cerrada por contrato y suele estar ligada a la facturación de publicidad. Pero gracias a la música nocturna, las teles consiguen recuperar parte de esa factura. Las televisiones en conjunto pagaron 103 millones a la SGAE en 2012, pero según cálculos internos de la entidad, recuperan el 30% del total, unos 30 millones que rebajan la factura por derechos de autor que la Ley de la Propiedad Intelectual les obliga a pagar.
Estos baratísimos programas se convierten así en un negocio muy lucrativo. Los costes de producción son mínimos. Normalmente los asumen las propias productoras a cambio de un trozo del pastel de los derechos. Y las televisiones rellenan un horario sin apenas rentabilidad comercial y a cambio generan unos ingresos millonarios en derechos de autor.
En el colmo del negocio, gran parte del repertorio musical que se lleva estos millonarios beneficios ni siquiera es original. Las productoras se aprovechan de un resquicio de la Ley de la Propiedad Intelectual y del reglamento de la SGAE. En teoría, a los 70 años de la muerte del autor, una obra queda libre de derechos y es propiedad de toda la humanidad. Eso no significa que no pueda volver a generar derechos de autor, pero no es igual en todos los países. En Alemania, por ejemplo, cuando un autor versiona una obra clásica recibe un pequeño porcentaje de los derechos después de pasar por la evaluación de un perito independiente. El reglamento de la SGAE es muchísimo más laxo y permite cobrar derechos por composiciones que están en el dominio público sin pasar por filtro alguno y llevándose el 100% de los derechos de autor. La ley en España permite registrar versiones nuevas por las que sí se puede volver a cobrar derechos durante 25 años más.
Como la ley no explica cómo de diferente tiene que ser esa nueva versión y la SGAE no evalúa la novedad de cada arreglo, basta con cambiar una sola nota para volver a cobrar por la música de Vivaldi, Chopin, Beethoven, Mozart o Tchaikovsky. Y en la práctica, según investiga internamente la propia SGAE tras la publicación de este detallado artículo en Vertele.com, gran parte de esas versiones clásicas que se emiten en la noche son exactamente iguales al original, por lo que se han registrado de forma fraudulenta. Cobran como "autoras" la hermana o la esposa del productor del programa, aunque la sonata sea de Beethoven o de Chopin.
Michavila prepara la denuncia
Todos ganan con el negocio de la música de madrugada… Salvo los verdaderos autores, que ven así cómo compositores sin público se llevan la mayor parte de los ingresos que recauda la SGAE.
El despacho del exministro José María Michavila, el bufete MA Abogados, está preparando una denuncia judicial por estafa contra los protagonistas de este supuesto fraude: las televisiones, los productores de estos programas y los falsos autores. Michavila es abogado y representante legal de artistas como Shakira o Alejandro Sanz, un cantante que también forma parte de Coalición Autoral, la asociación que presentará la denuncia.
eldiario.es ha tenido acceso al informe jurídico previo a la denuncia, que ha elaborado el despacho de Michavila. Según ese informe, además de estafa, se trata de un presunto delito de falsedad documental porque parte de estas versiones que se registran como novedosas para poder cobrar por ellas son exactamente iguales a las originales: sin una sola modificación. Según el informe, se trataría de un delito castigado con entre seis meses y dos años de cárcel.
La denuncia de los autores –ante el juzgado o la Fiscalía Anticorrupción– llegará en cuestión de días, según ha podido confirmar eldiario.es. Según los cálculos de los denunciantes, el negocio de la televisión nocturna es tan rentable que de los 200 autores que más han recaudado de la SGAE en el último año, 140 están allí gracias a él. En total, entre las televisiones, las productoras y los compositores, están facturando alrededor de 50 millones anuales con este método.
Esta enorme recaudación no solo ha hecho millonarios a autores de ignoto talento, sino que les ha dado un enorme poder. En la SGAE, el derecho a voto depende de la recaudación. Hay socios –la mayoría– que no votan porque no llegan al mínimo, y otros –los que más recaudan– que pueden acumular hasta un máximo de 31 votos.
De ese modo, los autores y editores que viven de este negocio han logrado un enorme poder dentro de la SGAE: como son los que más recaudan, son también los que más votos han conseguido sumar en estos últimos años. Su mano está detrás de la salida de Antón Reixa, el anterior presidente de la entidad, que cayó en desgracia cuando intentó enfrentarse a ellos para cambiar esta situación y amenazó con expedientar a los autores fraudulentos que estaban cobrando derechos en nombre de compositores clásicos ya fallecidos. Pocos meses después de s u carta contra la rueda de las televisiones, Reixa fue forzado a dimitir.
EL MUNDO
SGAE, otra vez en guerra para poner palos en la 'Rueda'
La junta directiva de la organización vota por segunda vez para limitar los beneficios millonarios de la música nocturna en TV
Salvo inesperadas alianzas de última hora, la junta directiva de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) aprobará este jueves la modificación del reparto en la tarificación de franjas horarias en televisión. Más claro: una distinción entre la cantidad que tienen que pagar las emisoras de televisión a la entidad de gestión de derechos de autor, dependiendo del horario de emisión. El cambio en las tarifas tiene como objetivo acabar con la denominada 'Rueda', una práctica mediante la cual el 60% del dinero que pagan las televisiones en concepto de derechos de autor corresponde a espacios televisivos que se emiten de madrugada (concursos, pitonisas) con una audiencia marginal.
Dicha práctica cuenta con el beneplácito de las cadenas de televisión, que crearon sus propias editoriales musicales para así retornar parte de lo que pagan a SGAE. Con el cambio, las músicas emitidas por televisión generarían más derechos de autor cuanto más se aproximasen al 'prime time', algo que no convence ni a las televisiones ni a una gran parte de los músicos socios de SGAE.
La modificación de las franjas no es un asunto ligero y ya ha dejado un reguero de 'cadáveres'. Antón Reixa, que sucedió a Teddy Bautista como presidente de SGAE tras la caída de éste al frente por el inicio en 2011 de la 'Operación Saga', fue destituido por sus compañeros de junta tras iniciar la lucha contra la 'Rueda'. Su sucesor, José Luis Acosta, mostró su intención de acabar igualmente con la práctica, aunque su gestión quedó desautorizada cuando la asamblea de socios de SGAE rechazó las cuentas de 2013. El pasado 26 de enero una nueva asamblea extraordinaria volvió a rechazar las cuentas al no conseguir el "sí" los dos tercios de los votos (57,32% a favor, 39,06% en contra y un 3,62% de abstenciones) necesarios que marcan los estatutos de la entidad.
Se da la circunstancia de que en esta última asamblea también se presentó a votación el nuevo reparto de franjas en televisión. En realidad, y según los estatutos, no era necesario someter a votación el cambio. Sin embargo, Acosta quiso dotarlo de una mayor legitimidad al presentárselo a los socios, que también lo 'tumbó' (56,61% a favor, 41,40% en contra y un 2% de abstenciones). Fuentes internas de la SGAE señalan que al tomar esta decisión no se tuvo en cuenta que la aprobación en asamblea extraordinaria necesitaría también una mayoría de dos tercios. En cualquier caso, la imagen de la directiva quedaría dañada por la decisión de aprobar una reforma rechazada por los socios.
Los propios miembros de la junta se escudan señalando que existen"dudas bastante razonables" en que sea necesaria "una mayoría cualificada en vez de simple" para que salga adelante la reforma. De hecho los propios juristas de SGAE investigan los posibles recovecos legales para que esa mayoría simple sea aceptada como válida. Una posibilidad que según otras fuentes de la entidad querrían hacer extensibles a las propias cuentas para así poder aprobarlas sin la votación de los socios.
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