lunes, 26 de abril de 2021

LICHIS CONQUISTÓ ESPACIO MERCADO DE GETAFE, CON UN REPERTORIO DE LUJO

 

 









Sold out en taquilla: 24 DE ABRIL DE 2021

Después de un año especialmente complicado para las artes escénicas, y lo que nos queda aún de este. Se agradece alternativas por parte del Ayuntamiento de Getafe. Para seguir deleitándonos con la cultura, poesía y música.

 Desde un sitio privilegiado, pude disfrutar de un concierto intimista, sencillo y con una buenísima calidad. No, no éramos miles de personas. No se oían nuestros gritos ensordecedores aclamando al artista. Y es que en tiempos de COVID, toca reinventarse. Al fin y al cabo, la supervivencia no siempre es el más fuerte, si no el que mejor se adapta. Y si hablamos de adaptaciones, desde luego, Lichis ha demostrado a lo largo de su larga trayectoria que no ha tenido ningún problema en evolucionar. En hacer la música de acuerdo  a sus cambios vitales. Sin aferrarse a ningún estilo en concreto. Huyendo de las etiquetas. Por muy apetitosas y comerciales que en algún momento fueran.

 

Ya si hablamos de éxitos comerciales, sin duda con su anterior proyecto “La cabra mecánica”, lo consiguió. Su famosa “lista de la compra alcanzó gran popularidad y a día de hoy se sigue tarareando y sonando de fondo “Tú que eres tan guapa y tan lista. Tú que te mereces un príncipe un dentista….”

 Me declaro fan acérrima de La Cabra Mecánica.

Descubrir a Lichis como artista primero y como persona después, ha sido unos de las mejores cosas que me han podido pasar. Y no exagero nada. La música tiene el poder de transformar miles de cosas, situaciones, personas…

 Siempre pensé, que si alguna vez, hacía una entrevista a Lichis (Reportera marca blanca. De Hacendado, low cost) la primera pregunta sería: ¿Miguel, mataste a la cabra? ¿Era necesario?. Y pienso, “porque pa eso está la gente pa pensar”. Tal vez sí. Era necesario enseñar esa cara oculta de la luna. Esa otra parte del artista.

 

Miguel Ángel Hernando, más conocido como Lichis. Un artista íntegro y completo, sin más coletillas. No es nada nuevo la destreza como músico. La brillantez haciendo letras. El trabajo artesanal en cada una de sus canciones. Todo regado con un toque irónico, melancólico, iracundo,  rabioso, triste y mucha música.

 

Aceptando que la fiebre del rock star, tal vez paso, nos deja paso a un artista de verdad. Real. No, no era el Wizink Zenter. Pero es un privilegio poder disfrutar, en un tiempo de distancia social obligada, de tantísima cercanía.

 Abrimos con Hombre Orquesta. Curioso porque, al hombre orquesta, que le ha tocado ser, a la fuerza. Lichis sale guitarra en mano y cascabeles en manos y pies (todo tipo de percusión).  Para después preguntarse qué haría Loquillo…

 Cazamos mariposas, escuchamos ruido en nuestras cabezas. Fuimos teloneros de lujo, tuvimos tic raros,  y ya sabíamos que nunca fuimos Paris. Bajando hasta el suelo del escenario, para cantar a Febrero, y lucir coloridos calcetines, todo hay que decirlo. Para terminar siendo antihéroe al fin. Que siempre me pareció mucho mejor, que llevar los calzoncillos por encima de las mallas.

Habló de lo humano y de lo divino. Del amor, del desamor. De la madurez, de las presbicia y de cuantas veces le han dicho eso de: “Lichis tú antes molabas…”. Molaba y mucho. Y ahora es tiempo de dar a conocer la otra parte. La que siempre ha estado ahí, pero que era menos conocida. Ahora demos paso al blues, al country, al rock. 

 Gran repaso a sus canciones de  sus últimos trabajos en solitario. Mesa para dos, Girasoles, Torneos de Verano, mariposas. Pinceladas de modo avión y hasta un tema de la Cabra Mecánica para acabar con un bis. “Antiheróe”. Con buena verborrea entre canción y canción, y todo eso, sin consumir su bono de 10 tacos. Había niños en la sala, entre ellos los suyos, y prometió no decir más de 10. No en vano, el pequeño Miguel Angel III de 5 añitos, llevaba bien la cuenta. Lo demostró cuando en el último  speak soltó uno, y dijo: “Huy perdón, me he pasado” y el pequeño Miguel gritó “Te queda uno”.

 Fue muy refrescante disfrutar de esta propuesta en medido de toda esta pandemia, que nos ha paralizado a todos la vida. Fue como volver un poco a la normalidad. De la mano de alguien excepcional y muy muy inspirador. Que vengan más conciertos, aunque sea en chiquitito. Aunque aún sea sentaditos y sin apenas cantar. Porque sin música estamos todos un poco menos vivos. Y artistas con tanta pericia, con tanto amor y con tanto esmero, mucho mejor escucharlos en directo.

NOEMI FERNANDEZ




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