domingo, 12 de febrero de 2017

Feminismo radical: Revelando las mentiras contemporaneas

Feminismo radical:
La otra cara.
Un vistazo profundo a la historia que nos enseñan
… Revelando las mentiras contemporaneas


El feminismo es un conjunto heterogéneo de ideologías y de movimientos políticos, económicos y sociales, que tienen como objetivo la igualdad entre hombres y mujeres de todo el mundo. Es un conjunto heterogéneo por sus diversas modalidades en las que no está de más mencionar el feminismo radical, el feminismo lésbico, el feminismo cultural, el feminismo filosófico; feminismo marxista, el feminismo Islámico y el transfeminismo –en este último se aplican los discursos feministas a los discursos transgeneros, como también las ideas feministas a este mismo–. Gracias al movimiento feminista y a sus influencias,  las mujeres han obtenido más derechos, como por ejemplo, el derecho a votar, los derechos reproductivos entre muchos otros.
Las mujeres siempre han sentido que han sido menos preciadas por el hombre. Que han tenido una vida esclavizada y subordinada a los caprichos de su contra parte masculina. Estos datos los analizaremos a continuación, dando a conocer, no información de hace miles de años atrás, sino información de hace algunas décadas. –Cabe mencionar que hay mujeres feministas que utilizan de argumento para justificar que todos los hombres son basura, el maltrato y discriminación que las mujeres de hace miles de años recibieron por parte de los hombres de esa época.
Existen también muchísimas contradicciones femeninas particularmente por aquellas que siguen ciegamente los designios y dogmas de Dios y de su propia  religión. Un ejemplo son aquellas mujeres que reniegan usar pantalón como los hombres porque eso se le atribuye a una moda creada por las mismísimas manos del diablo. Otra contradicción que perjudica a las mujeres por parte de sus mismas costumbres religiosas-morales, es que por ejemplo, muchas musulmanas se ven en la obligación de servir al hombre como lo dicten las leyes del coram que son las mismas por las que se guía la sociedad islámica. En América latina también existen diversas contradicciones entre mujeres que afectan a las mismas mujeres. Tomemos por ejemplo el caso de ser una madre soltera. Una madre soltera es aún mal vista por la sociedad; tanto por hombres como por las mismas mujeres. Una madre soltera suele ser una chica adolescente, que por el simple llamado de la naturaleza sostuvo relaciones sexuales y gracias a una mala educación sexual ligada la prevención (en un caso de una persona que por lo menos pueda costearse anticonceptivos) quedó embarazada. Esto a los ojos de hombres como también a los de las mismas mujeres, la convierte en una puta, en una fácil, en una descuidada e inepta. Se les cierran muchas puertas y se le escapan las posibilidades y los sueños que tenía a futuro se esfuman porque la sociedad no es capaz de tomar consciencia y solo crean  prejuicios sobre la mujer que van creciendo a medida que el vientre de la mujer va haciéndose más grande con el pasar de los meses. Es una lástima que incluso las mismas mujeres también se pongan en el papel de juezas para desprestigiar y desmoralizar a las chicas que se convierten en madres solteras. Eso es parte de la misma ignorancia femenina que desemboca en un error y también en muchos otros porque solo generan prejuicios que también caen sobre todos los hombres.
El feminismo no es un movimiento exacto, es como el Marxismo, tiene muchas vertientes. Lo que sucede, es que en el feminismo como tal, pareciera carecer de los puntos necesarios para ser considerado un movimiento científico como puede ser el Marxismo, es un movimiento que pareciera adoptar un significado propio en cada feminista o en cada ”legión” feminista.
Explotación femenina y explotación masculina.
            Mucho se predica sobre igualdad entre hombres y mujeres, la conocida igualdad de géneros. Parece ser que el tren de la igualdad para muchas feministas radicales se desvió de su camino. Quiero decir que hay muchas feministas radicales que no hablan al pro de la igualdad, sino al pro de una “superioridad de género” que no es una premisa muy diferente a la de Hitler con la raza aria. No vemos campos de concentración para hombres, pero si podemos observar y ser víctimas de forma inconsciente de la propaganda pro-feminismo radical, incluso los hombres pueden caer en ello sintiéndose como basuras por el maltrato que se les dio a las mujeres hace miles de años y también por los abusos que reciben actualmente por parte de hombres que en verdad son malos hombres pero que las feministas radicales utilizan para colocar a todos los hombres en una etiqueta de cerdos, sexistas, machistas, descuidado, menos capaces, e inferiores.
Las condiciones de igualdad entre hombres y mujeres pueden existir. No biológicamente para ser exactos porque hay muchas diferencias entre hombres y mujeres entre las cuales destaca la fuerza del hombre por ejemplo, y la belleza despampanantes de muchas féminas. Las condiciones de igualdad entre hombres y mujeres pueden existir entre los derechos que estos tengan para con la sociedad y con su país de origen. Un ejemplo de esto es el servicio militar. En América latina el servicio militar es obligatorio en caso de que seas un hombre, pero no en el caso de la mujer. El hombre podría ahorrarse el servicio militar si sufre de algún problema físico que le impida realizar su servicio militar correspondiente. Este es solo uno de los muchos casos comparativos que podemos destacar para mencionar que no existe una igualdad entre hombres y mujeres en el área de derechos constitucionales de sus países. Existe siempre una especie de favoritismo hacia algún género, pero el bombardeo constante por parte de los medios de comunicación nos hace creer que la mujer es la única maltratada y explotada y que el hombre es el génesis de esa explotación desde comienzos de la sociedad hasta la actualidad. ¿Pero quiénes tienen más derechos, prioridades y facilitismo político y judicial? Otro ejemplo que podemos citar es que las mujeres pueden jubilarse a la edad de 60 años mientras que el hombre puede jubilarse a no menos de los 65 años de edad. Como si eso fuera poco las mujeres cuentan con mayor apoyo por parte del estado que el hombre, pero esto se debe a sus condiciones de madres solteras en casi todos los casos ¿pero acaso los hombres no merecen una ayuda similar si estamos en condiciones de “igualdad”? De haber igualdad, entonces que se le dé ayuda a los papás solteros que existan en el país.
Avancemos ahora a las campañas contra el cáncer de mamas. Creo que está demás decir qué es el cáncer de mamas así que omitiré esa explicación. El cáncer de mamas como vemos a diario en la televisión e incluso en el periódico y en propagandas en la calle parece ser un cáncer asociado único y exclusivamente para la mujer cuando en realidad no es así. Un hombre también puede padecer de cáncer de mamas y este riesgo se multiplica si el hombre es descendiente directo de una mujer que haya padecido de este mal. Esto es algo que no vemos en las propagandas, no vemos un comercial igualitario para mujeres y hombres donde se hable del cáncer de mamás y de las revisiones que tanto la mujer y el hombre deben hacerse para verificar que no padecen de este mal. Al hombre se le asocia única y exclusivamente con el cáncer de próstata –premisa que es sin ninguna duda correcta–. Tampoco vemos entre los medios de comunicación propaganda, información o advertencias para los hombres de este tipo de cáncer. Las asociaciones que ayudan a los hombres a combatir el cáncer de próstata parecen ser inexistentes para los medios de comunicación mientras que vemos prácticamente que a diario una asociación diferente que combate el cáncer de mamas.
Aún  todavía no alcanzamos a ver en dónde queda la igualdad en este caso, es decir, que exista la misma publicidad para el cáncer de mamas que afecta tanto a mujeres como a hombres como también que exista publicidad para el cáncer de próstata que afecta exclusivamente al género masculino. O mejor, que existan asociaciones que se dediquen a combatir ambos tipos de cáncer y que por lo tanto ayuden a hombres y mujeres… o que por lo menos se le ayude al hombre a tomar consciencia de su salud e irse a chequear con el médico no sea que padezca de alguno de estos tipos de cánceres.
Las feministas radicales afirman que si todos los gobernantes del mundo fuesen mujeres no habría más corrupción ni guerras.
Se dice que la sociedad machista siempre ha oprimido a la mujer. Que mientras un hombre siga en el poder, siempre éste va  oprimir a la mujer. También se dice alto y claro que las mujeres   fueron las principales sufridoras en épocas de dictaduras (independientemente si estas fueron buenas o no), como en el caso de Hitler o Stalin, pero no se está acuerdo con ello, pasado muchos años ahora pueden negar y despotricar, pero en las épocas de Hitler y Stalin las mujeres en su mayoría, al igual que los hombres, apoyaban a los recién mencionados, además, ¿en que se basan que hubo una explotación? En la sociedad capitalista suele existir una explotación aberrante para los dos sexos, la mujer solo sirve para parir, y el hombre tiene que trabajar como una bestia sin poder demostrar sus sentimientos debido a que ”los hombres no lloran, hay que ser verdaderos hombres”, pero adentrándonos  más exactamente al Tercer Reich y la Unión Soviética, Hitler mencionaba que el feminismo estaba arruinando la esencia misma de la mujer, el feminismo deseaba transformar a la mujer en un hombre perdiendo todos los aspectos que posee una mujer, y en el caso de la URSS pregonaba la igualdad en casi todos los sentidos imaginables en el caso de los hombres y las mujeres. Para esto último podemos recordar los casos de mujeres trabajando en minas de carbón por mencionar un ejemplo.
Pero aquí están las contradicciones mismas del feminismo, Hitler es acusado de conservador puesto que tiene la idea de que la mujer debe de ser sumisa ante su esposo y solo debe de cuidar a sus hijos (una visión demasiado simplista y tendenciosa, que no desarrollaremos ahora), lo cual al parecer es injusto porque la mujer tiene las mismas capacidades que un hombre y si lo desea, puede hacer lo que se le proponga, hasta igualar y si lo desea, pasar a un hombre, pero en el caso de Stalin figura la contradicción, ¿poder hacer los mismos trabajos que un hombre? A veces Stalin es criticado por mandar a mujeres en la Gran Guerra Patria (1941-1945), ponerla a trabajar en las fabricas de armas (Suele verse este aspecto como positivo en territorio estadounidense, pero en suelo soviético, suele ser visto como explotación femenina), como también sufrir de los trabajos en el Gulag y/o trabajos que aunque no sean forzados, requerían de gran fuerza. Esto generaba una visión abominable: ver a una mujer morir en las minas de carbón. Pero esto es lo único que se ve ante los ojos de las feministas radicales. Ahora yo pregunto, ¿no habían hombres también trabajando a la par de esas mujeres y por lo tanto corriendo los mismos riesgos que ellas? ¡Eso es igualdad! Pero para el ojo ciego es solo explotación por parte del hombre y no puede faltar el machismo porque las mujeres podían morir allí. Eso es lo único que importa y nadie se le pasa por la mente que los hombres corrían con el riesgo de las mismas ominosas vicisitudes.
Ahora para tocar el tema principal de este ítem, también se nos habla de que de haber más mujeres en el poder –o solo mujeres en el poder-, jamás se podría conceder algo similar a la Alemania nazi de Hitler entre otras más probables aberraciones y violaciones a los derechos humanos. Pero como dice la tan famosa frase “detrás de un gran hombre, hay una gran mujer”, es aquí donde podemos responder a este argumento del feminismo radical «de haber solo mujeres en el poder no habría corrupción ni guerras». Hitler tenía esposa, como también Mussolini, Stalin y sin ir más lejos Videla –Ex dictador Argentino-. Ahora aquí me tomo la oportunidad para citar otra frase tanto o más famosa que la anteriormente mencionada “solo una mujer puede cambiar y torcer la voluntad de un hombre”, es decir, todos estos conocidos dictadores y genocidas –y pare usted de contar los vituperios en su contra- tenían esposas y estas, tanto como los hombres de aquella época, apoyaron a estos hombres. Sus mujeres seguramente jamás intentaron doblegar la voluntad de sus maridos, es más, podría afirmar que estas eran tanto, o más desgraciadas que sus propios esposos. Es imposible negar la presencia femenina en los desfiles de Hitler y Stalin ¿quién no vio a las mujeres levantar el brazo y gritar “heil Hitler” a la par de los hombres? – Las mujeres fueron fieles auxiliares de Hitler desde el principio. Le despejaron el camino, establecieron contactos y le financiaron.’- ¿Y quién no vio a las mujeres en los discursos de Stalin cada día de la victoria? Decir que solo los hombres apoyaron estos regímenes, es una manera de lavarse las manos y echarles la culpa a otros.  Ahora toquemos el punto de «la mujer debe gobernar», vamos al caso de la famosa faraona Egipcia conocida por todos como Cleopatra, ella era la gobernante del imperio Egipcio, uno de los imperios más poderosos en su época, un imperio que podía medirse con el Griego y con el Romano, en fin ¿Fue Cleopatra mejor que su antítesis Griega o Romana de ese momento? Mírese ahora en la actualidad el caso de Argentina, Cristiana Fernández de Kirchner, ella es la sucesora del presidente anterior y viuda de éste, Nestor Kirchner. La presidenta Argentina, Cristina Kirchner terminó siendo más corrupta de lo que fue su esposo y presidente anterior a ella. Pero ¿a qué se debe esto? Quizá esto sirva para cortar la raíces de la anacrónica idea de “esta sociedad está hecha por hombres, los hombres son malos por naturaleza, si las mujeres subiesen al poder el mundo sería un lugar mejor”. Con el argumento anterior quedó demostrado que las mujeres pueden ser iguales a los hombres en corrupción y malicia, incluso alejándonos del campo político, estudios de piscología demuestran que las mujeres pueden ser más malvadas y agresivas a la hora de cometer un crimen que involucre un asesinato.
Ahora bien, para retomar el quid del ítem «esta sociedad está hecha por hombres, los hombres son malos por naturaleza», esta solemne frase suele ser aplaudida por las feministas, pero si un hombre llegase a decir que las mujeres son las malas, esto sería condenado con premura como un “acto machista”. Cabe decir que aunque el hombre sea malo y la sociedad buena o mala, el hombre ha creado tanto el orden como las leyes, como también medios de producción para que la mujer pueda subsistir. Sí es cierto que ha existido abuso por parte de hombres hacia las mujeres desde comienzos de la sociedad misma, pero las mujeres han sido muy fuertes y han podido demostrar su valía ante los que en verdad merecen ser llamados no solo “machistas” sino también “basuras”, “cerdos”, “pusilánimes”.
¿Igualdad de derechos o facilísimo?

Mucho se habla sobre la igualdad entre hombres y mujeres no solo en derechos, sino también en capacidades físicas como intelectuales, incluso grupos feministas alegan sobre la superioridad intelectual que poseen sobre las mujeres en materia de matemáticas y ciencias sociales por mencionar unas cuantas. En Estados Unidos, se presentó un caso emblemático hace un tiempo, en donde la mayoría de los exámenes de admisión para la universidad en carreras relacionadas con la informática, economía y medicina. Uno de esos exámenes fue realizado para cientos de alumnos que optaron por la carrera de ING en computación. Solo cien alumnos podían entrar en la carrera de haber aprobado el examen. La mayoría de los que aprobaron el examen fueron hombres y en menor escala mujeres. Esto no fue considerado como igualdad sino como ¡MACHISMO! ¿Y qué se llevo a cabo en contra de esto? Despidieron al profesor que hizo el examen y lo sustituyeron por otro, luego se repitió el examen con algunos cambios, como por ejemplo, aún podrían ingresar cien alumnos a la universidad, con la diferencia de que esta vez sería un 50% de hombres y el otro 50% sería de mujeres. ¿Acaso esto es igualdad? ¿Por qué no dejar realizar el examen como antes? ¿Qué pasaría con el hombre número cincuentaiuno? La respuesta es sencilla: no podría ingresar a la universidad por más bien que haya salido en el examen porque resultaba que cincuenta de sus compañeros masculinos ya habían sido seleccionados y los otros cupos quedaron para las mujeres que pudieron haber sacado una nota un poco o mucho  más baja que la del hombre número cincuentaiuno. En este caso no existió una igualdad de derechos, es más, la igualdad que había en el primer modelo de ingresos fue aplastada para darle facilismo al género femenino, y con ello arrebatarles posibilidades a los hombres que ya habían aprobado el examen con anterioridad.
La igualdad de derechos se ve opacada gracias al facilismo y oportunismo que se les da a pequeños y grandes grupos, eso quiere decir que las leyes y derechos son hipócritas y funcionan de acuerdo a intereses. Otro ejemplo de esto es que en Estados Unidos no puedes decirle “negro” a una persona de tez negra u obscura (“persona de color” como prefieren decirle los hipócritas y falsos) porque las leyes pueden funcionar contra ti y pueden generarte graves problemas que hasta pueden terminar por meterte en una cárcel. Todas las leyes que amparan a grupos que fueron catalogados en antaño como “minorías”, funcionan con ese grado de hipocresía, entonces gracias a esto, los conflictos, las personas; las clases sociales, los movimientos, las ideologías tienen que ser respetadas gracias a las leyes hipócritas que funcionan como más les conviene. Otro ejemplo que vuelve a salirse de los estándares del artículo, pero que no está mal mencionar, es que si una persona de tez blanca agrede a una persona de tez obscura por razones que no van dirigidas al racismo, sino por cuestiones personales, la agresión es entonces catalogada como “agresión racial” o “crimen racial” y puede terminar con la persona de tez blanca en la cárcel. Ante los ojos de muchas personas es un crimen estrictamente racial porque gracias a la propaganda mediática ven a las personas o grupos de personas como un “objeto” que debe ser respetado y tratado con la etiqueta que las normas le imponen, para que así, la gente que está fuera de esta “etiqueta social”, no se vea afectada. Por estas razones muchos grupos de afro americano y de feministas radicales pueden salir a tomar las calles y hablar pestes de lo que ellos más aborrecen. Tienen el derecho, el tiempo y la oportunidad porque estos grupos sienten que fueron extremadamente marginados y humillados y ahora les toca a ellos expresar su ira y desagrado cayendo en el mismo error que cometieron las personas que los oprimieron en el pasado. Gracias a esto una mujer puede pronunciar infinidades de vituperios contra un hombre o contra todos los hombres del mundo si así lo desea, no se verá mal, la prensa le hace publicidad e incluso la apoyan porque está “expresando su pensamiento”, pero no ven que lo que sale de ese supuesto “pensamiento” no es más que odio, discriminación; el mismo discurso de sus “opresores”. En caso contrario, un hombre no puede expresar su opinión sobre las mujeres de ésta misma forma. Los grupos feministas lo catalogaran como machista en el mismo momento. La prensa se encargará de destruirlo, y esto generaría más represalias y odio por parte de los grupos feministas radicales que tienen todo el facilismo y ventajismo de las campañas mediáticas y el marketing empresarial.
“Objetivización”
Para concluir con éste artículo hablemos ahora del tema de objetivizar al ser humano, es decir, convertirlo en un objeto con un fin ruin y que durante el proceso, al sujeto convertido en objeto se le son violentados todos y cada uno de sus derechos humanos. Comencemos desde el punto de vista más simple, tomemos por ejemplo a una mujer que trabaja para la revista playboy, estas chicas son hermosas, poseen físicos muy voluptuosos y son símbolos sexuales. Su imagen es comercializada y esto le da ganancias a la empresa y también a estas chicas. Las chicas tienen un sueldo bastante grande, sin mencionar que poseen muchos beneficios que les otorga el hecho de trabajar para la playboy: puertas abiertas para trabajar en la televisión, en otra revista y en la música por mencionar unas pocas. Hasta este momento, verlo desde éste mismo punto de vista está muy bien. Pero el lector puede preguntarle a alguna mujer su opinión al respecto de la revista ya mencionada como también la opinión al respecto de las chicas que trabajan para esta. Podremos encontrar diversas opiniones, desde la que nos diga “que está muy bien que trabajen ahí, “que es problema de esas chicas si trabajan prostituyéndose”, “que son unas zorras”, “unas fáciles”, “que son hijas del diablo” y encontramos por último los comentarios más bochornosos y sin argumentos e hipócritas; “esas chicas que trabajan para esa revista machista son víctimas de la explotación más asquerosa del hombre sobre la mujer; las están prostituyendo y mostrando como un mero objeto sexual disponible para la entretención del hombre machista que compre la revista”. En argumentos como este encontramos fallas muy graves y notables. Las chicas que trabajan para revistas como la playboy no sufren de explotación, la explotación no es aquello que sufres cuando firmas un contrato bajo tu propia voluntad, trabajas horas laborales –o incluso menos- y ganas un salario bastante alto que supera por mucho al de los médicos e ingenieros. No existe explotación del hombre a la mujer en estos casos. Una explotación real sería aquella en donde un hombre tiene atrapada a las mujeres en un cuarto o una casa en condiciones denigrantes y las obliga a prostituirse con cualquier cliente por pagos muy bajos y que no llegan a la mujer en cuestión.  Ahora pongamos un ejemplo igual al anterior pero en caso de los hombres. Hombres de buen aspecto físico que salen semidesnudos posando para el entretenimiento de las mujeres. Entre las respuestas de las mujeres feministas radicales encontramos una preocupante respuesta a esto y es “que está muy bien, se ven bastante sexys”, aquí es donde observamos los fallos argumentales de estas feministas en cuanto a sus supuestos deseos de igualdad, ¿por qué no opinar que esos hombres también están siendo explotados y abusados por mujeres como en el caso del primer ejemplo? ¿Es que acaso el hombre no puede ser explotado por una mujer? La respuesta es que sí. Existe mucha violencia familiar por parte de las mujeres hacia sus maridos pero estos casos son callados ni se dicen o mencionan en la prensa. Los hombres la tienen más difícil porque para  un hombre decir “mi mujer abusa de mí”, el hombre que diga esto quedaría en ridículo tanto como ante los de su mismo género como también ante el género femenino. Gracias a esto, nadie ve que el abuso existe de igual forma de mujer a hombre como de hombre a mujer, a sí mismo la explotación puede caer sobre los hombres de la misma forma que sobre las mujeres. Pero la explotación y la objetivización no son aquellas banalidades de posar desnudo para una revista. Convertir al sujeto en un objeto va más allá de esto y es algo que se ha dado desde que existe la sociedad humana. La verdadera objetivización es la misma esclavitud a la que se le ha sometido a los pueblos de todo el mundo a través de la historia y que continua actualmente a pesar de los logros y alcances que hemos tenido en todas las naciones con lo que derechos humanos se refiere. Tenemos que aprender y entender que el humano es convertido en objeto nada más cuando se le suprime su capacidad de pensar, de hacerse sentir escuchado y le son violentados todos sus derechos humanos, y que esto no cae en las simplemente en las espaldas de las mujeres como los grupos feministas radicales quieren hacernos creer. El abuso en toda la historia de la humanidad ha sido empleado tanto por hombres como mujeres por igual.
Publicado: febrero 3, 2013 en Uncategorized
Escrito por: Maër Von Ludowin … ”pienso porque existo”
Ragna Rozenvag … Artillero revisionista


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