jueves, 6 de noviembre de 2014

GRANDE PATRICIA GODES, PERIODISMO CON ALMA. CRÍTICA DE DYLAN.

Bob Dylan - Tempest

Dilan portada
Por sorpresa, nos encontramos con un Dylan sereno, sabio y humilde.

Fecha de publicación: 11 sep 2012
Sello: Sony
Producción: Jack Frost

En 1962, Robert Zimmerman tenía 21 años y acababa de estrenar el apodo con el que iba a pasar a la historia. Con su primer disco en las tiendas, debía sentirse en la cima del mundo. Aunque el disco pasaría sin pena ni gloria, pocas semanas después de su publicación, empezaron las sesiones de grabación del segundo álbum del que en adelante iba a ser llamado el Bardo de Minnesota.

En 2012, Bob Dylan tiene 71 años, es un mito y está viejo. El que fuera aclamado profeta de la generación de los 60, la que creía que para cambiar el mundo bastaba con ser joven y que, si vivías a tope tus 20 años y no te atocinabas como tus mayores, ibas seguir joven toda la eternidad.

Los 60 fueron la década del inconformismo, del rock, del pacifismo, de la juventud y de los viajes a la quinta dimensión. Dylan llevaba el timón y hablaba en voz muy alta en nombre de todos los jóvenes de su edad, nacidos en la posguerra del conflicto bélico más atroz y asesino de la historia. En sus canciones primeras pillaba salvajemente el repertorio tradicional y lo convertía en propiedad privada suya y de todos los que eran como él.


De modo que, lo primero que desconcierta deTempest es lo mucho que ha envejecido la voz del Bardo. El profeta de la juventud se ha convertido en un abuelo arrugado de voz cascada y gruñona que ya no necesita demostrar nada a nadie. Tampoco a sí mismo. Hace lo que quiere y disfruta haciéndolo. Y, de un modo u otro, consigue contagiar al oyente.

Los que hemos tenido tirria al Dylan profeta, engreído y egoísta, vamos a recibir la sorpresa de un Dylan sereno, sabio y humilde, que bebe plácidamente de la música popular norteamericana de tiempos pasados, sin preocuparse de estar a la moda, de disimular su ternura, sus sentimientos morbosos o su mal carácter. El disco es sencillo, directo, viejo en el sentido de intemporal, de definitivo... Es la música que se escuchaba al atardecer en los porches y en los graneros las noches de fiesta en 1920, 30, 40... La música que seguramente siguen enseñando los abuelos a sus nietos en las veladas de invierno.

Pocos músicos participan en el disco, básicamente sus fieles guardaespaldas del Neverending Tour más un habitual: David Hidalgo de los Lobos que, entre otras colaboraciones, toca el violín en Tempest. El poeta y folk singer Robert Hunter -con quien el Bardo ya había colaborado en alguna ocasión (especialmente en Together Through Life de 2009, donde es co-autor de casi todas las canciones) sólo ha escrito en Tempest la letra del excelente "Duquesne Whistle" que empieza el disco. Sin embargo, su influencia es evidente, sobre todo en las largas salmodias "Narrow Way", "Tempest", "Scarlet Town" y "Tin Angel" que parecen directamente composiciones de viejo amigo deJerry García. "Early Roman Kings" es un bluesette que podía haberse ahorrado a pesar de sus originales -e indescifrables- metáforas y comparaciones.

Hablar de Dylan exige hablar de sus letras. Un misterio profundo para los no anglo-parlantes, pero facilísimas de entender en la voz cascada y ronca del Dylan viejo. Largos poemas épicos con referencias a los Isley Brothers, a John Lennon o al hundimiento del Titanic, historias de amor y venganza, frases tópicas de la canción sentimental, personajes con nombre y apellido y casi con carnet de identidad, trabalenguas y juegos de palabras con y sin sentido... Desentrañarlas añade un factor de entretenimiento más a la escucha del disco aunque seguramente captar sus mensajes es algo completamente opuesto a la intención de su autor.

Tempest sale a la venta en cinco formatos: CD con póster (una foto de alrededor de 1965), libreto con reproducciones de portadas de revistas y armónica Hohner Bob Dylan Signature Series en fa. La versión en vinilo es idéntica pero sin el libreto de portadas que reaparece, en cambio, en la edición más barata del CD. Hay que aplaudir que la versión más barata del vinilo -sin póster ni armónica- incluye de regalo una copia del álbum en CD. Finalmente,Tempest está disponible para bajárselo en mp3. La portada es bastante cursi con una estatua neoclásica completamente atípica en la discografía del Bardo.

Un álbum que seguramente cobrará vida propia independiente y diferente de lo que las primeras y apresuradas escuchas pueden brindarnos, que no aporta nada, pero que se escucha con agrado y simpatía. Somos muchos los que tenemos paciencia para las batallitas de los abueletes. Y muchos también los que acabamos disfrutando sin remedio con las historias y los recuerdos de los viejos.
RADIO 3 
OYENTES 
PATRICIA GODES
Categorías: Bob DylanRock / Pop

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