MIENTRAS LOS JUBILADOS JUEGAN AL BINGO
Rin Rin: Rin rin .. el despertador de las siete y cinco,
yo me levanto pegando un brinco ..
y maldiciendo al amanecer que me pone en pie
y eso que es domingo
Mis reporteras se fueron a Joy el Domingo a disfrutar con El Kanka.
Adelante Crónica de Elena Mendoza.
Fotos: Ana Ramos Moro
Que ya es Navidad en el Corte Ingles, que he pedido una caña y me han puesto tres, que va a ser que se ha puesto de moda el amor otra veeeeez...
A las 12 del mediodía se abrieron las puertas de la mítica
Joy Eslava para empezar a recibir al numeroso público que esperaba ya para
disfrutar de Juan Gómez "El Kanka". Poco a poco, y casi sin darnos
cuenta, nos vimos envueltos en el buen ambiente que rodea al cantante en cuanto
a seguidores, de todas las edades, se refiere. Después del lleno absoluto del
malagueño la noche anterior, y dado que hablamos de un matinal, cabía esperar
una menor asistencia y, lejos de ello, nos sorprendió gratamente ver la gran
aceptación de mayores y pequeños.
Sobre el escenario micros, una guitarra y una mesa con papel
y rotuladores.
A las 13.00, con una Joy casi al completo, apareció El Kanka
en el escenario, halagando como siempre a su público, por madrugador en este
caso, y lanzando un aviso: Vengo sin
banda, pero muy bien acompañado. Y no mentía, porque a pesar de la ausencia
de su banda habitual, el malagueño no estuvo solo en ningún momento.
Desde el primer minuto, contó con la compañía de Anabel
Perujo "Pek", gran amiga del cantante y diseñadora de sus portadas, a
la que estaba destinado el sitio en la mesa de dibujo. Las primeras notas de Que bello es vivir sirvieron de
mecanismo de desperece, y Anabel creó su primer diseño, que el cantautor lanzó
como regalo, en lo que sería la primera de muchas, durante todo el concierto.
Con No Jodan la Marrana,
El Kanka hizo que entonásemos al unísono ese estribillo que todos querríamos gritar
alguna vez en nuestra vida, con Querría,
nos sacó el lado más tierno, y con Me
Alegra la Vista, logró una absoluta interacción con el respetable. Vamos,
que con tal arranque, nos demostró que con su guitarra se basta y se sobra para
hacernos disfrutar como niños.
Llegó el momento de abrir la lata de las colaboraciones
musicales. Salió a escena el cantante y compositor argentino Manu Clavijo, su violinista fetiche, como dice el
malagueño, con el que compartió Todo pasará,
A Dieta de dietas y Vengas cuando vengas. Y se unió a tan
genial dúo, la maravillosa voz femenina de Patricia Lázaro para regalarnos una
espectacular Confieso que nos dejó
boquiabiertos.
La tercera colaboración vino de la mano del trompetista
Enrique Rodríguez "Enriquito", que saltó a las tablas acompañado de
dos palmeros, Mariana González Collado y Carlos Chamorro, para hacer de la
archiconocida Canela en rama una personal
versión a ritmo de trompeta, pero con el más puro estilo flamenco. Como no
podía ser de otra forma, el auditorio gozó de este momento tan especial y dejó
constancia de que se trata de uno de los temas más populares del artista.
El aperitivo de su nuevo trabajo, que verá la luz en febrero,
llegó en forma de dos temas nuevos muy diferentes. El primero, más cercano a la
canción protesta y con un mensaje claramente anticapitalista, Triste Trofeo y el segundo, del que ya podemos
disfrutar en algunas plataformas digitales, mucho más sentimental y directo a
la fibra, Quien me mandaba a mí.
Continuó con otros títulos del repertorio más conocido, como El día de suerte de Pierre Nodoyuna, Para
quedarte y Rin Rin, y por el
camino nos regaló una particular versión con ukelele de So Payaso de Extremoduro, como ya hiciera en su día junto al Niño
de la Hipoteca en uno de sus famosos covers.
Acercándonos a la recta final llegó la cuarta y última
colaboración, a cargo de Chiki Lora; ex-componente de Canteca de Macao, que
puso voz a la canción Me gusta, y que
permaneció después en el escenario junto a algunos de los artistas invitados
para brindarnos unos coros de excepción en la aclamada Andalucía, con baile incluido de Mariana González.
Tras la gran ovación de todos los presentes, El Kanka se puso
manos a la guitarra de nuevo para inaugurar la sección de bises con la
imprescindible Volar y, como no podía
ser de otra manera, la grada respondió dejándose la garganta al son pegadizo de
esa letra que nos incita a dejarnos llevar y a romper con la rutina. Para
culminar la mañana, un pequeño guiño a Marisol; con la mítica Tómbola,
y el ritmo imparable de A
Desobedecer, pusieron el punto y final por todo lo alto al espectáculo de
música, arte y humor que nos ofreció el de Málaga.
¡Gran concierto! ¡Ole tú, Kanka!