Crónica
Ana Ramos Moro (La Cani)
Entramos al recinto con el concierto ya empezado,
las notas que nos traía el aire nos invitaban a entrar con presteza , al
contemplar el escenario descubrimos que Julián venía con todo para la ocasión.
Como viene siendo habitual en la gira de
presentación de su último disco “One
way ticket to Saturn” el toledano se hizo acompañar de guitarra, bajo, batería
y coros, el sentado a su inseparable
órgano Hammond dirigía el espectáculo. Entiendo por como sonaron que le acompañan con
asiduidad, había mucho feeling y mucha complicidad entre los músicos.
Durante algo más de una hora Julián repasó las canciones de sus dos discos, un viaje a
la América profunda de los años 50 y 70
, blues, soul, funky , un sinfín de
ritmos muy bien orquestados que fueron calando poco a poco en el público que
fue bajando la guardia y dejándose llevar progresivamente por las delicias que
nos presentaba Julián.
Gran concierto!
Guadalupe Plata es uno de los grupos más marcianos que
han contemplado estos ojos y eso que llevan muchas horas de conciertos en la
retina. No suenan parecido a nada que haya escuchado, son profundamente
originales, tienen un estilo muy propio que no deja indiferente a nadie.
La formación se
compone solo de tres músicos, Paco Luis Martos bajo, Pedro de Dios guitarra y
voz y Carlos Jimena a la batería. Hacen sobretodo blues y rockabilly, pero por momentos se
ponen muy punks y en ocasiones los
ritmos lisérgicos y repetitivos y la perturbante
voz de Pedro crean una tremenda psicodelia sonora.
Otro aspecto
sorprendente de los de Úbeda es su compromiso con el reciclaje. Por momentos Paco deja el bajo y tañe una especie
de contrabajo casero construido con un barreño metálico, una cuerda y un palo
de escoba al que le saca cantidad de sonidos, o toca una especie de caja de
galletas con cuerdas de fabricación casera que suena de lujo.
Desde el minuto
uno consiguen la atención del público, generan con sus ritmos repetitivos un ambiente
extraño, algo oscuro, a veces siniestro, pero lleno de magnetismo.
Tocaron temas como
“Huele a rata”, “Milana bonita” , “Calle 24” o “Serpiente negra” sin apenas interludios, un no parar para que
no decayera el ritmo que retumbaba en el cerebro y los zapatos del cada vez más
entregado y más enajenado público.
Sorprendentes y
muy originales, los veré siempre que tenga ocasión.