ROSENDO
Crónica: David Gómez Pizarro
Siempre hay una historia que
ofrecer y la de la jornada del sábado 30 de Junio, una de las más especiales de
este incombustible Cultura Inquieta, era a su vez una velada de esas que
conlleva cosas que no son buenas noticias. El eslogan principal del día, que se
veía en cartelería y diversos anuncios de festival dispuestos estratégicamente
por Getafe, rezaba “Gira despedida de Rosendo”...
Sobre las 20:30 empezaba la
fiesta con una banda de la que no pudimos disfrutar, Badlands, pero de
la que si hicimos por informarnos a posteriori ya que el poso que
dejaron dentro del público es el de los mejores cafés. Rock folk con una
columna vertebral de armonías frenéticas y delicadas hechas con gusto y para
que la gente disfrute de manera iniciática de la jornada. Guitarra, banjo,
teclados, contrabajo... algunos de los instrumentos que mencionaba el
respetable. Apuntado queda el nombre de Badlands, os debemos una.
Con el recinto vestido de
gala para recibir al maestro, se palpaba en el ambiente que este día se iba a
recordar como uno muy especial. A las 21:45 aparecieron esas tres personas que
siempre han sabido hacer las cosas con una coherencia y corazón a las que el
ser humano no estamos acostumbrados, Rosendo, Rafa, Mariano... muchas gracias.
Esta vez no presentaban disco y al ser concierto de “despedida”, se esperaba un
set list especial y así fue, no por distinto a otra veces, ni por canciones
elegidas para la ocasión, si no porque los conciertos de Rosendo da
igual de qué ingredientes se compongan, siempre son plato gourmet y de buen
gusto. Desde el primer momento la guitarra inconfundible de Rosendo dirigía a
la perfección el desfile de obras maestras a las que Rafa y Mariano se
encargaban de manera sensible de proporcionar el aliño adecuado: Por meter
entre mis cosas la nariz, Mala vida, Cosita, Cada día, Aguanta el tipo,
Loco por incordiar, Navegando, Masculino singular, Vergüenza Torera, Pan de
Higo, Agradecido, Flojos de pantalón (espero volver a escuchar ese
magnífico solo en directo otra vez), El Tren y una despedida que era de
esperar y que todos queríamos, Maneras de vivir. El concierto fue algo
corto, coincidimos algunos al echar en falta media hora mas de tiempo y algunos
temas, ya cada uno a su gusto; pero espectacular e increíble, como siempre, ni
mejor que la última vez ni peor que la siguiente (por favor). Rosendo,
se te quiere. Con un latido común, sonrisas eternas, miradas llenas de brillo y
un sentimiento de yo estuve allí todos suspiramos y volvimos poner los
pies en tierra.
Rulo y la contrabanda eran los encargados de cerrar la jornada, el que
fuera líder de La Fuga, ahora con su proyecto en solitario era también
plato fuerte para mucha gente que allí se encontraba, pero esa es otra
historia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario