lunes, 20 de julio de 2015

CULTURA INQUIETA.Viernes 17 de julio. Quinto día de festival y como suelen decir los taurinos....No hay quinto malo.



Quinto día de festival y como suelen decir los taurinos....No hay quinto malo.
Para la noche del Viernes 17 de Julio el menú que nos ofrecía el cultura Inquieta era más que suculento.
De primero el rock surfero de Durango14 del que puedo decir poco por que por desgracia solo llegué a los bises, aunque lo poco que escuché me sonó de lujo.
Y de segundo y como plato principal mis  Martires del Compás!

Sobre las 23.00 hrs. se iluminó el escenario y empezó a sonar de fondo los Fandangos der moco, un tema con mucho encanto del Prohibido dar el cante. Al ratito la banda apareció en el escenario y el público les dió la más calurosa de las bienvenidas.

Había muchas ganas entre el público, ganas  de la gente que como yo quedamos desolados al conocer la noticia de su separación y   llevábamos ocho años sin poder disfrutar de su música, y muchas ganas de la gente que descubrió tarde su música y se ha tenido que contentar con escuchar sus discos sin haber  tenido la ocasión de disfrutar de sus directos.

Sobre el escenario la formación original,  los pitbulls de las cuerdas y la sonata guena, Jesús Díaz al Bajo, Manuel Soto (Noly) guitarra flamenca y  Julio Revilla guitarra eléctrica,  Albertito  Álvarez con su cajón Billy, Chico Ocaña con to el arte y Rocío Vázquez a los coros y  a los bailes hipnóticos.
El concierto empezó por todo lo alto con Oremos, uno de los temas más aclamados de su opera prima Flamenco Billy, el grupo en plena forma derrochaba energía y buen rollo como es costumbre.
El set list de lo más variado, sevillanas fresquitas con  las Sevillanas Billy, reggae con Oremos y  El Rigui Martir, rap con el Tiriti Rap y hasta tango con el Tangaó, Vente y vente, La Pera, Colores, Estoy tieso, La lava tóxica y muchos temas más, arte a raudales, casi 2 horas de auténtico disfrute.
No faltó de nada, hasta una pedida de mano al más puro estilo yankee de una pareja que se conoció y enamoró con los Martires,  la primera  y ansiada   tormenta del verano que esta vez era de agüita fresca y no de barro que nos supo a gloria.
En fin, una maravilla de concierto,  un reencuentro muy esperado con  un grupo de culto que cumple y supera las expectativas, noche mágica la que se vivió en Getafe.
LARGA VIDA A LOS MÁRTIRES DEL COMPÁS 


Ana Ramos Moro


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